El Gobierno mantiene la rebaja del IVA a algunos alimentos pero se encarece el que se aplica a la energía: suben la luz y el gas

Entre las medidas de corte impositivo que contiene el Real Decreto-ley 8/2023, conocido como de prórroga de medidas anticrisis, destacan las relativas al IVA de los alimentos y productos básicos. En USO, consideramos positivo que se prorroguen los tipos reducidos o que directamente queden exentos de él los productos alimentarios más necesarios.

Sin embargo, sí nos gustaría que esta medida contase con un protocolo de seguimiento y un Ministerio responsable claro. El objeto de esto es detectar, si las hubiera, infracciones y especulaciones con el precio gracias a la reducción impositiva. Mucho se ha hablado de este tema, pues en muchos productos se amortizaron muy rápido esas bajadas de impuestos con sendas subidas de precios; pero, a la hora de la verdad, ni Competencia ni en su momento el Ministerio de Consumo se hicieron cargo de investigar si esto era cierto. Y, sobre todo, ningún organismo asumió la responsabilidad de establecer las posibles sanciones.

Sí subirá el precio de la energía

Menos halagüeña se presenta la evolución del precio de la luz. Se respeta la bajada impositiva a los alimentos, pero no a la energía. Uno de los productos básicos del día a día. En este sentido, el RD-ley actúa sobre ambas fuentes principales para el hogar: la luz y el gas.

  • En cuanto a la luz, el IVA era del 5 %. Ahora, todo 2024, subirá al 10 %, el doble.
  • Más dura será la subida del gas. De un primer aumento del 5 al 10 % en el primer trimestre, el IVA del gas será de nuevo del 21 % a partir del 1 de abril.

USO considera esta medida imprudente, debido al escenario inflacionario que aún vivimos. Si bien es cierto que ahora el IPC parece contenido en torno al 3 %, alto pero no desorbitado, y el estructural está a la baja, una abrupta subida de los suministros en los hogares acabará con la poca recuperación de los salarios que pudiera preverse.

En USO hemos defendido desde los atisbos de esta escalada energética que se trata de un producto básico. Y, en todo caso, debería haber una escala impositiva. No solo los hogares más vulnerables no pueden hacer frente al recibo de la luz. Los “nuevos pobres”, trabajadores, tampoco pueden con un sueldo mantener su casa caliente. Mucho más si se eliminan la exención impositiva parcial.

El otro ámbito de la energía, el de los combustibles, se palía con los descuentos en el transporte público. Este debe ser prioritario, tanto en su fomento por ahorro en los hogares como por una España más verde y sostenible.

Faltan políticas de vivienda

Por último, el RD-ley actúa, pero muy parcialmente, sobre la vivienda. El código de buenas prácticas es un buen comienzo para las familias más vulnerables. Pero el problema de la vivienda es ya estructural, y mucho más mientras el Banco Central Europeo mantenga la política monetaria de asfixia a los hipotecados.

Por lo tanto, desde USO demandamos a todas las Administraciones acelerar la creación de parques de vivienda de alquiler. Pero, además, consideramos que es necesario recuperar la deducción a la compra de la primera vivienda y refinanciación de créditos hipotecarios volubles a los vaivenes de la política monetaria.